martes, 26 de agosto de 2008

faCINErosos

Siete euros. Ir al cine tiene este precio, con diez minutos de publicidad incluidos. Si a esto le sumamos las palomitas y el refresco, la derrama se hace insostenible. Luego, no es de extrañar que los cines de la capital acaben convertidos en tiendas de ropa con varias plantas. También, estas salas son las primeras que no hacen descuento a jóvenes y estudiantes; la pescadilla que se muerde la cola. Se aprovechan de que una película en el cine llega a ser arte en movimiento y el arte es casi igual de necesario que el oxígeno para vivir. ¿Qué opción escoger: emocionarse sentado en una butaca ante una gran pantalla o descargarte la película gratis, en tu casa y antes de que se estrene? No obstante, siempre nos quedará hacer doblete para amortizar la entrada del cine. Eso sí, sólo aquellos que puedan hacer equilibrismos con su economía, porque hay quien no podrá ver un cuadro, una obra de teatro o una película en su puta vida.

3 comentarios:

Lucía Sicre dijo...

El precio de una entrada de cine=el precio de una copa en cualquier garito. Qué quieres que te diga... Tal y como está la cosa, no me parece para tanto. Más dinero gastamos en gilipolleces todos los días. Todo es cuestión de elegir.

MëRy dijo...

Yo estoy de acuerdo con lo escrito. Si bien como dice Lucía supongo que TODOS, SIN EXCEPCIÓN, nos gastaremos dinero en cosas más o menos absurdas...pero desde mi modesta opinión, yo me gasto dinero en cosas absurdas que me apetecen y me gustan...es decir, serán absurdas para ti...y lo de tomarse una copa, tendríamos que saber cuantas copas nos podemos permitir que no son muchas...por lo menos la que escribe...
Aun así...voy al cine siempre que puedo, y no me privo de gastarme ese dinero por ver una buena peli en buena compañía.
Un Saludo.

Mr. TeTe dijo...

A mi me da mucha pena que la situación este así y que la gente adopte esta mentalidad. Estoy deacuerdo con que el precio de las entradas es abusivo, y lo peor es que seguirá creciendo. Yo también me descargo películas y me las veo en mi ordenador, pero seamos realistas a eso no se le puede llamar cine...