domingo, 28 de septiembre de 2008

Orgullo transmaribollero

Sobre machismo y patriarcado Walt Disney tiene mucho que decir o que callar. Desde pequeños, aprendemos a manejarnos en una sociedad en la que el varón ocupa la cima de una pirámide que representa al poder social y económico. Además, el sistema patriarcal está cargado de herramientas como los medios de comunicación, la publicidad, la enseñanza, el cine... La propia cultura sirve para mantener el status quo, es decir, que sea de nenas llorar.
No obstante y si se pudiera elegir, cambiaría el orgullo de ser algo por el orgullo de estar aquí escribiendo, bailando, follando... ¡viviendo!

lunes, 22 de septiembre de 2008

¿Sube o baja?

Ascensores y personas... ¿Por qué cuando uno se monta en un ascensor y no hay nadie se pasa el resto del trayecto mirándose en el espejo? No obstante y como en casi todo, sólo se disfruta del viaje si no se tiene miedo a los ascensores. Tal es el terror (algunos, incluso, prefieren subir andando) que parece que cuando una de estas máquinas se queda parada los que van dentro, como mínimo, se mueren. Quienes padecen esta fobia mantienen su mirada fija en el indicador luminoso hasta que aparece el número de su planta; en este momento, si la persona se encuentra atrapada con más gente, se pondrá a gritar y arañar para poder salir.
¿Qué pasa si está ocupado? El saludo carrasposo de alguien que se monta en un ascensor sólo puede dar paso a dos cosas. En primer lugar, se sucederá uno de los silencios más incómodos que existen, porque, ¿de qué se habla cuando vas encerrado en un ataúd metálico y con espejos? La alternativa al silencio más incómodo es a su vez una de las preguntas más extrañas que le podemos hacer a alguien cuando va en un ascensor: ¿sube o baja? El que va montado mientras contesta piensa: ¿qué otra cosa espera que haga? A no ser que vaya sumido en el pánico… En tal caso, si le preguntas eso a alguien que va pálido y sudoroso en un cubículo te cogerá por el cuello y te meterá dentro.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Pasos

El camino me ha llevado a una playa desierta. Supongo que no hay nadie frente al mar porque llueve. La luz inunda mis ojos a pesar de que el cielo está nublado. Me aburro y escribo. No se a dónde ir, por eso paseo por esta playa desierta. Los pies se hunden en la arena a cada paso. Las huellas me persiguen y van dejando constancia de algo: estuve aquí. He pasado, puede que de largo, pero he pisado. La huella lo confirma, he estado aquí aunque no haya reparado en tu mirada, aunque no te haya sonreído. Estuve allí y escribí esto para ti.